domingo, 6 de julio de 2014

Atrapado

Alguna vez ya os he comentado que me sorprendió ver que ya no se convocaba el concurso de la editorial La sonrisa vertical. El escueto argumento que encontré venía a decir que la pérdida de calidad de los trabajos presentados empujaban a los responsables de la Editorial a cerrar el grifo. Eso hace referencia al Premio que otorgaba dicha casa, no a la colección en sí como se ocuparía el librero Miquel de demostrarme. Me citó en su establecimiento y me enseñó el último ejemplar que había recibido. Dicho número no era ninguna novela si no una recopilación de escritos de la biografía de un famoso Don Juan de la corte francesa, el Mariscal Richelieu. Pese a que me he dado a conocer con una novela erótica en el mundo editorial, y como ya expliqué en la presentación del libro, Se traspasa partía de una historia en la que se coló el erotismo hasta bañarlo todo, pero que se podría haber contado sin los elementos que la convirtieran en lo que hoy es. Así pues, no me considero un adepto al género. Ni tan solo a nivel de lectura. Pese a eso, me intrigó mucho ese ejemplar, más cuando comprobé que –en efecto- el tal Richelieu fue el que popularizó el nombre de la ciudad de Mahón en todo el mundo gracias a una salsa de huevo. Sí. Me compré el libro. Me sentí atrapado desde el principio. Al final, sin embargo, me decepcionaron dos cosas; no hay ninguna mención suplementaria del paso del protagonista por la isla de Menorca para profundizar en ese lance gastronómico y el relato, a ratos autobiográfico y a ratos transcrito de algún biógrafo quizás con pluma intencionada, no transmite en sí mismo mucho erotismo si no más bien el deporte de la conquista por parte del Mariscal en la depravaba corte absolutista francesa de los Luises. Interesante sí, pero no tanto como hubiera esperado. Me han sorprendido gratamente algunas anécdotas (podríamos llamarlas batallitas) que más que engrandecer el nombre de Richelieu, le dejan como un hombre que sabía mentir a las mujeres con las mentiras que ellas querían oir. Y todo para llevárselas a la cama. En el próximo post os hablo de lo que estoy maquinando con otra obra mía.

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