jueves, 21 de enero de 2016

Da miedo

El erotismo da miedo porque se lleva las palma en el exceso, se abre en la superabundancia y en lo ilimitado. Eleva el instinto a categoría de un arte de amor, y por lo tanto de vivir. La frase es de Sophie Chaveau, una francesa vinculada al mundo de la cultura desde diferentes ámbitos como la escritura o la escena o el periodismo. 
Siempre lo he dicho; nunca imaginé que el primer libro que escribiera fuera una novela erótica. Por varios motivos. Para empezar porque aunque el erotismo impregna la vida (no solo la mía) no es lo que más destaco. También porque quien me conoce, quizás no me ve como alguien que observa y versa sobre erotismo. No di pistas. Luego está vivir en una isla. En las sociedades pequeñas, estos detalles le impregnan a uno. No reniego de lo que he escrito, sea bueno o malo. Tampoco me he sentido señalado ni denostado por haber escrito erotismo. Sí que hubiera querido publicar primero mi novela histórica pero el orden de los factores no creo que altere el producto. A ver. Miedo, ninguno. 

viernes, 16 de octubre de 2015

A cuentas de líneas que se traspasan; Desobedecer la ley.



Artur Mas dice que desobedecerá la ley si le inhabilitan. Me vienen a la mente dos referencias desde los Estados Unidos. Por un lado el desencanto de los colonos en el siglo XVIII cuando renegaban de la infantería británica que oprimía a base de impuestos y leyes a las nuevas generaciones nacidas en la prometedora América. Y cómo ello derivó en la Declaración de la Independencia, donde esgrimían razones obvias por las que no querían seguir siendo sometidos. En segundo en tiempos de Abraham Lincon en el que, cuando se debate ferozmente la abolición de la esclavitud, se resuelve que todo el mundo debe ser igual frente a la ley. A mi me gustaría que Artur Mas y todos los catalanes fueran iguales frente a la ley. Pero también puedo entender que no quieran esta ley. Esta sociedad esta harta de ir dando bandazos a golpe de elecciones. Pongamos a quien pongamos nos vemos zozobrando de un lado a otro porque cuando la ley marca una cosa favorece a unos, cuando entran los otros se cambia la ley y se vuelven las tornas. Así vamos. Sin rumbo fijo. Los empresarios tienen que aprender a navegar según venga la ola. Y no todos tienen esa pericia. Los ciudadanos tienden a creer que “hecha la ley, hecha la trampa” y España se ha convertido en un país de tramposos para sobrevivir, para sobrevenirse a tanto bandazo. Entiendo a los catalanes que quieren bajarse del barco. Lo que no entiendo es porque no se genera un marco de acuerdo para dejarnos de puñetas y saber transigir todos a favor de un futuro en común sin rupturas ni dudas de si mañana nos lo tumbará el siguiente gobernante que venga. ¿Es eso posible?

sábado, 12 de septiembre de 2015

La seducción de las palabras

La comunicación es inherente a la especie humana. El lenguaje lo hacemos día a día al comunicarnos. Y el juego de las palabras, combinadas astutamente, resulta un gozo. De la misma manera que hay momentos en los que estamos más predispuestos a relacionarnos con otra persona o a engancharnos a la ficción de una nueva serie de la televisión, la literatura nos tienta. A través de alguien que conoce mejor este terreno, he vuelto a dejarme seducir por los estilos, las plumas, el acierto de quienes nos legaron su visión del mundo. Dejaros seducir. Es muy agradable.

lunes, 3 de agosto de 2015

Cada cosa en su sitio

Mis amigos del espacio expositivo artístico 333 del puerto de Mahón realizaron una presentación donde el erotismo era el hilo conductor. Era la ocasión de llevar mi libro Se Traspasa. La buena predisposición de Toni y Iolanda me permitió mostrar también la antología Voyeur. Ver los libros expuestos al lado de los cuadros, esculturas y joyería con temática erótica me pareció un acierto. El erotismo en ojos de otros artistas también me pareció revelador. En suma, tuve la impresión de que, quizás más que en otras ocasiones, cada cosa estaba donde tenía que estar. De la experiencia me llevé dos sensaciones; una dulce cuando varias personas se mostraron interesadas por el libro y la antología y me preguntaban en relación a ellas. La menos dulce cuando los organizadores me confesaban que lo que les impulsaba a exponer no era vender sus obras ni mantener una exposición duradera. Simplemente hacían lo que les gustaba. Así es el mundo de los creadores; o lo haces porque te gusta o no lo haces. La venta de arte o literatura está sumida en cifras muy malas. De pronto sentí como si mi libro fuera un cuadro para contemplar, en lugar de una historia a conocer. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Erotismo, pornografía, internet

He visto un documental que ponía en evidencia cómo el negocio de la pornografía se ha consolidado como uno de los elementos que generan más dividendos. Un verdadero problema para aquellos que quieren evitar la propagación de la inmoralidad. Lo cierto es que es extrapolable a muchos otros ámbitos que tienen en común la magnitud inabarcable de internet. Tuve al oportunidad de entrevistarme con un anciano erudito en temas de justicia social que me decía que internet rompía antiguas barreras a la cultura. Ahora, si todo está en internet y tiene este relativamente fácil y barato acceso, es una oportunidad. Los débiles no tendrán que quedar ni marginados ni callados. En este mundo ya hay un sitio para ellos, y lo consultamos todos cada día. Pero claro, también comporta lo otro. ¿Y que es lo otro? Lo otro es que no hay filtros fáciles a todo lo que la libertad de expresión o de pensamiento pueda generar. Sigo creyendo que el gran aporte de pornografía que trae la red, cada día con más contenidos que rallan los extremos de lo que se podría considerar (en mi modesta opinión) buen gusto, es una cuestión que se debe afrontar con educación. Si nos asomamos al mostrador de internet y somos capaces de discernir lo que es bueno/malo, lo que tiene valor o no vale nada, lo que es de buen gusto o lo que no, lo que es real de lo que no, ... podemos estar preparados para que navegar no sea una experiencia desagradable o peligrosa. A los más pequeños se les debe evitar mostrar pornografía, y a los que ya no son tan niños hay que explicarles qué es lo que pueden encontrarse. Si entienden que es una mentira para ofrecerles falsos placeres para vaciar sus bolsillos, ni les mentimos y les preparamos para entender que lo que ven no les conviene. Alguien decía (en términos de educación) que la escuela debe crear mentes que sean capaces de pensar por sí mismas, ser críticas, discernir los contenidos. Pues eso. Y en tema de qué es pornografía, que es erotismo, que son brutalidades,.... hay que educar. Me sorprendre aún cómo cuando digo que he escrito un libro de erotismo, hay quien me dice que no va a leerlo, como si fuera a contagiarles de algo. Lo respeto. Está claro que una mente que se pone barreras antes de asomarse al contenido, no es un lector para mi. Ni en novela erótica, ni en cualquier otro género.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Consumidoras de erotismo

En esta sociedad de la información y los datos, sería fácil obtener un estudio pormenorizado de quien y porqué lee una novela erótica como Se traspasa. Pese a ello, no he pedido ni realizado ningún estudio en este sentido. Ni lo he intentado. Otra cosa es que la evidencia salte a la vista. Y a mi me gusta mirar. Perdón, quise decir observar. Aunque el protagonista de la historia es un hombre, aunque el punto de vista es -digamos- clásico en este sentido, una arrolladora mayoría de quien lee Se traspasa es mujer. ¿Por qué? No lo sé, pero me encanta.