viernes, 16 de octubre de 2015

A cuentas de líneas que se traspasan; Desobedecer la ley.



Artur Mas dice que desobedecerá la ley si le inhabilitan. Me vienen a la mente dos referencias desde los Estados Unidos. Por un lado el desencanto de los colonos en el siglo XVIII cuando renegaban de la infantería británica que oprimía a base de impuestos y leyes a las nuevas generaciones nacidas en la prometedora América. Y cómo ello derivó en la Declaración de la Independencia, donde esgrimían razones obvias por las que no querían seguir siendo sometidos. En segundo en tiempos de Abraham Lincon en el que, cuando se debate ferozmente la abolición de la esclavitud, se resuelve que todo el mundo debe ser igual frente a la ley. A mi me gustaría que Artur Mas y todos los catalanes fueran iguales frente a la ley. Pero también puedo entender que no quieran esta ley. Esta sociedad esta harta de ir dando bandazos a golpe de elecciones. Pongamos a quien pongamos nos vemos zozobrando de un lado a otro porque cuando la ley marca una cosa favorece a unos, cuando entran los otros se cambia la ley y se vuelven las tornas. Así vamos. Sin rumbo fijo. Los empresarios tienen que aprender a navegar según venga la ola. Y no todos tienen esa pericia. Los ciudadanos tienden a creer que “hecha la ley, hecha la trampa” y España se ha convertido en un país de tramposos para sobrevivir, para sobrevenirse a tanto bandazo. Entiendo a los catalanes que quieren bajarse del barco. Lo que no entiendo es porque no se genera un marco de acuerdo para dejarnos de puñetas y saber transigir todos a favor de un futuro en común sin rupturas ni dudas de si mañana nos lo tumbará el siguiente gobernante que venga. ¿Es eso posible?

sábado, 12 de septiembre de 2015

La seducción de las palabras

La comunicación es inherente a la especie humana. El lenguaje lo hacemos día a día al comunicarnos. Y el juego de las palabras, combinadas astutamente, resulta un gozo. De la misma manera que hay momentos en los que estamos más predispuestos a relacionarnos con otra persona o a engancharnos a la ficción de una nueva serie de la televisión, la literatura nos tienta. A través de alguien que conoce mejor este terreno, he vuelto a dejarme seducir por los estilos, las plumas, el acierto de quienes nos legaron su visión del mundo. Dejaros seducir. Es muy agradable.

lunes, 3 de agosto de 2015

Cada cosa en su sitio

Mis amigos del espacio expositivo artístico 333 del puerto de Mahón realizaron una presentación donde el erotismo era el hilo conductor. Era la ocasión de llevar mi libro Se Traspasa. La buena predisposición de Toni y Iolanda me permitió mostrar también la antología Voyeur. Ver los libros expuestos al lado de los cuadros, esculturas y joyería con temática erótica me pareció un acierto. El erotismo en ojos de otros artistas también me pareció revelador. En suma, tuve la impresión de que, quizás más que en otras ocasiones, cada cosa estaba donde tenía que estar. De la experiencia me llevé dos sensaciones; una dulce cuando varias personas se mostraron interesadas por el libro y la antología y me preguntaban en relación a ellas. La menos dulce cuando los organizadores me confesaban que lo que les impulsaba a exponer no era vender sus obras ni mantener una exposición duradera. Simplemente hacían lo que les gustaba. Así es el mundo de los creadores; o lo haces porque te gusta o no lo haces. La venta de arte o literatura está sumida en cifras muy malas. De pronto sentí como si mi libro fuera un cuadro para contemplar, en lugar de una historia a conocer.