miércoles, 15 de octubre de 2014

Erotismo, pornografía, internet

He visto un documental que ponía en evidencia cómo el negocio de la pornografía se ha consolidado como uno de los elementos que generan más dividendos. Un verdadero problema para aquellos que quieren evitar la propagación de la inmoralidad. Lo cierto es que es extrapolable a muchos otros ámbitos que tienen en común la magnitud inabarcable de internet. Tuve al oportunidad de entrevistarme con un anciano erudito en temas de justicia social que me decía que internet rompía antiguas barreras a la cultura. Ahora, si todo está en internet y tiene este relativamente fácil y barato acceso, es una oportunidad. Los débiles no tendrán que quedar ni marginados ni callados. En este mundo ya hay un sitio para ellos, y lo consultamos todos cada día. Pero claro, también comporta lo otro. ¿Y que es lo otro? Lo otro es que no hay filtros fáciles a todo lo que la libertad de expresión o de pensamiento pueda generar. Sigo creyendo que el gran aporte de pornografía que trae la red, cada día con más contenidos que rallan los extremos de lo que se podría considerar (en mi modesta opinión) buen gusto, es una cuestión que se debe afrontar con educación. Si nos asomamos al mostrador de internet y somos capaces de discernir lo que es bueno/malo, lo que tiene valor o no vale nada, lo que es de buen gusto o lo que no, lo que es real de lo que no, ... podemos estar preparados para que navegar no sea una experiencia desagradable o peligrosa. A los más pequeños se les debe evitar mostrar pornografía, y a los que ya no son tan niños hay que explicarles qué es lo que pueden encontrarse. Si entienden que es una mentira para ofrecerles falsos placeres para vaciar sus bolsillos, ni les mentimos y les preparamos para entender que lo que ven no les conviene. Alguien decía (en términos de educación) que la escuela debe crear mentes que sean capaces de pensar por sí mismas, ser críticas, discernir los contenidos. Pues eso. Y en tema de qué es pornografía, que es erotismo, que son brutalidades,.... hay que educar. Me sorprendre aún cómo cuando digo que he escrito un libro de erotismo, hay quien me dice que no va a leerlo, como si fuera a contagiarles de algo. Lo respeto. Está claro que una mente que se pone barreras antes de asomarse al contenido, no es un lector para mi. Ni en novela erótica, ni en cualquier otro género.

1 comentario:

  1. Es gracioso que alguien se asuste porque en un libro haya ideas que puedan ser calificadas de eróticas. Esa misma gente no se incomoda por el alto contenido sexual de los anuncios de perfumes o de coches, en los que se vende la idea de de oler bien o viajar cómodo, sino que el uso del producto implica una satisfacción sexual. En "Se traspasa" no hay sexo explicito, sino que todo está en la mente del lector, es elegante y hay mucha más sensualidad que carne. Es como si alguien no leyera "Lolita" de Nabokov porque la chica es menor. No estaría demostrando pureza por evitar esa obra, sino una estrechez de miras que le impide disfrutar del arte.

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