viernes, 23 de mayo de 2014

Erotismo sí. Lo otro, no.

Algunas personas quizás no se lo acaban de creer. La gente que tiene más confianza me dice ¿tú? Yo tampoco. Escribir una novela erótica fue más un impulso que algo vocacional. De hecho, la historia que cuento en este libro fue una especie de válvula de escape al trabajo de redacción (más largo y complejo) de otro libro que espero que algún día sea editado. Cuando tuve esta novela ya escrita, decidí presentarlo a un concurso. El único del género que tenía en mente hacía años que ya no existía y la razón era “por la falta de calidad de los trabajos presentados”. Entendí enseguida que el ansia de ir más allá, había llevado a los creadores a rebasar los límites del erotismo para entrar en otra cosa. Osea que Se traspasa tenía muchas posibilidades de agradar a un lector que sepa ver la diferencia entre qué es erotismo y qué no lo es. De límites también va esta novela. Espero que os guste.

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